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Paz y Ciencia

domingo, 27 de enero de 2008

La niña de los sueños (X)




Nuestro querido muchacho se fue agachado con sus objetos valiosos bajo la ropa, en el camino se tropezó con dos corpulentos señores llenos de pelos, caballeros por fuera, primates debajo de sus capas. En el golpe perdió parte del botín. No le importó, siguió con paso firme y siguió adentrándose por la calle hacia la casa precaria del barbero. Después de pagarle con la mitad de la comida "incautada" pudo cocinarse lo que quedó, probablemente los trozos menos sabrosos que el astuto barbero no quiso. No le importó y espero mientras la olla y las especias hacían el resto. Acurrucándose a la fuente de calor, en la trastienda, veía por la puerta entreabierta como algún adinerado daba brillo a su calva y pulía su barba compensatoria. El muchacho se sonreía y tocaba el vientre, hundido. Era una estancia iluminada por una vieja lámpara de aceite y por el fuego que prendía bajo el caldero.
Con el tiempo el aroma empezó a penetrar por sus fosas nasales, estimulando sus sentidos aletargados. De inmediato se vio en Palacio, bien acicalado, uniformado como miembro de la guardia real, con su espada envainada y los jalones de una vida colosal. Éxito y belleza a su alrededor, comida sobrante y comodidades. Todo pareció desvanecerse con el primer bocado, un caldo de cuellos gallina y patas. Suficiente para considerarse un mosquetero o un conde de alcurnia. Masticó con ganas y en pocos minutos terminó con considerable dolor de estómago por la urgencia de instaurar el alimento en los confines de su vacío estómago. Un crepitar, testigo del peristaltismo anunciaba la llegada de la diarrea, se colmó de paciencia y atravesó la barbería corriendo para entrar en el baño, lugar donde sus deposiciones dejaron pie a la más sutil de las óperas viscerales jamás contadas. Después sólo silencio.

2 comentarios:

goloviarte dijo...

felicidades,su blog ha obtenido tres estrellas en
http://lasestrellasdeaquiestatublog.blogspot.com
pásate a disfrutar con los blog participantes y de paso ve algo de publi,quita el estrés
gracias

Anónimo dijo...

Goyo, eres un puñetero. Con esos montaditos que nos hemos comido. Por cierto, cómo te lo pasas.