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Paz y Ciencia
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viernes, 6 de septiembre de 2013

Apego, comunicación y proceso terapéutico

Una cosa que no ha sido comprendida, reaparece inevitablemente; como un fantasma no conjurado, no puede descansar hasta que el misterio ha sido resuelto. Sigmund Freud, 1909

Los que no pueden recordar el pasado, están condenados a repetirlo. George Santayana

Con algunos pacientes, la relación terapéutica es una relación en la que la ansiedad, la desconfianza y la crítica, y en ocasiones también la ira y el desprecio, son evidentes y predominantes, y se mira al terapeuta con malos ojos. Sentimuentos tales como la gratitud por los esfuerzos del terapeuta o el respeto por sus aptitudes, brillan por su ausencia. La tarea consiste en ayudar al paciente a comprender que gran parte de su actual resentimiento se origina en el anterior maltrato a manos de otros y que, por incomprensible que su ira pueda resultar, continuar librando viejas batallas es improductivo. Aceptar que un pasado desdichado no se puede cambiar es, por lo general, una píldora difícil de tragar.
John Bowlby

Primeras experiencias y Transferencia

No pocas veces ocurre que un paciente se muestra excesivamente preocupado de que su terapeuta le rechace, lo critique o lo humille. Dado que sabemos que demasiados niños son tratados de esa manera por uno u otro de los padres, o por ambos, podemos confiar razonablemente en que ésa ha sido la experiencia de nuestro paciente. En caso de que pareciera probable que el paciente sea consciente de cómo se siente y cómo espera que el terapeuta lo trate, éste señalará que él también es consciente de su problema. Cuando considera, el paciente, que el trato de los padres está exento de toda crítica, cuando prevalece esta situación,  existe el problema más importante de intentar comprender por qué el paciente insistiría en conservar esta imagen favorable cuando las pruebas disponibles demuestran que se trata de un error.
John Bowlby: "Una base segura". Paidós

Apego de la Madre y del Hijo

Main y sus colegas llegan a la conclusión de que el apego desempeña un papel determinante en el desarrollo de la personalidad segura durante la vida adulta. En el caso de haber tenido una infancia feliz, probablemente ningún obstáculo le evitará el libre acceso a los aspectos emocionales y cognitivos de dicha información.
En el caso de alguien que sufrió una gran desdicha, o cuyos padres le impidieron notar o recordar los acontecimientos adversos, el acceso a la misma es doloroso y difícil, y puede resultar imposible sin ayuda.
Sin embargo, al hilo de las aportaciones de Wilfred Bion, cuando los padres ayudan al hijo a metabolizar su dolor, esto es, transformar el monto de angustia en material que se pueda asimilar, los niños mejoran ostensiblemente. Es la capacidad de ensoñación que los psicoterapeutas nos encargamos de realizar. Una labor delicada, cuidadosa y eficaz dentro de un marco de confianza básica.
Rodrigo Córdoba Sanz.
Psicólogo y Psicoterapeuta.
Zaragoza (España)

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Persistencia de las pautas

Si retomamos ahora las pautas de apego observadas en los niños de un año,los estudios eventuales muestran que cada pauta de apego, una vez desorrollada, tiende a permanecer invariable. Otro es que cada pauta tiende a perpetuarse a sí misma. Así, un niño ansioso ambivalente es propenso a las quejas y al aferramiento; mientras que un ansioso elusivo mantiene las distancias y es propenso a tiranizar a otros niños  En estos dos últimos casos es probable que la conducta del niño provoque una respuesta desfavorable por parte del padre, con lo que se desarrolla un círculo vicioso.
John Bowlby

lunes, 2 de septiembre de 2013

Bowlby y la observación

Consideremos los temas planteados por aquellos que afirman que el psicoanálisis no es una ciencia natural. Creemos que su argumento se origina en la creencia de que el método científico es inseparable del positivismo lógico y el reduccionismo. Aunque seguramente y a menudo dogmáticamente apoyado a principio de este siglo, este modelo de ciencia está descartado y su lugar se ve desplazado por la filosofía de una epistemología evolutiva.
Esta sostiene que todo conocimiento es conjetural y que la ciencia progresa a través de nuevas teorías que vienen a reemplazar a las anteriores cuando queda claro que una teoría nueva es capaz de comprender un círculo de fenómenos más amplio que los que están comprendidos y explicados en la anterior, y que es capaz, también, de predecir nuevos fenómenos más exactamente.
El criterio de falseabilidad, que anteriormente Popper había subrayado, ya no reviste tanta importancia; aunque la constante comparación de predicciones teóricamente derivadas con una creciente serie de datos sigue siendo fundamental.

Rodrigo Córdoba Sanz: El criterio de Bowlby se fundamenta en la observación natural de las relaciones madre-hijo. De ahí, infiere la conducta de apego.
Mary Ainsworth realizó, también, experimentos reveladores. Esto acerca el psicoanálisis a una ciencia natural, sin ser una ciencia de la cultura. Esta propuesta tuvo grandes detractores y Bowlby fye rechazado por el establishment psicoanalítico por ser asimilado al conductismo.

martes, 29 de mayo de 2012

Bowlby sobre Freud: El Apego



Cuando examinamos la opinión de Freud respecto de los factores causantes de neurosis y otros conflictos, descubrimos que él se centra siempre en el concepto de trauma. Ocurre así tanto en sus formulaciones finales como en sus postulados iniciales, hecho que se ha tendido que soslayar. Por ejemplo, en sus últimas obras, Moisés y la relisión monoteísta (1939) y Compendio del psicoanálisis (1940), dedica una serie de páginas a discutir la naturaleza del trauma, de las edades en las que la persona parece particularmente vulnerable, de los tipos de acontecimientos que pueden resultar traumáticos y de los efectos que aparentemente ejercen dichos acontecimientos sobre el psiquismo en formación.
De los factores mencionados, es la naturaleza del trauma la que ocupa un lugar central en las tesis de Freud. A igual que otros estudiosos, él llega a la conclusión de que son los dos tipos de factores involucrados: el hecho en sí y las características de la persona que lo sufre. Es decir, que el trauma se da en función de la interacción. Cuando una experiencia provoca una reacción patológica insólita, la razón estriba -argumenta Freud- en que dicha experiencia plantea exigencias desmedidas a la personalidad. Es decir, que le impone un grado de exitación mayor que el que puede manejar.
Con respecto a los factores constitucionales, Freud supone que el grado en que cada persona puede enfrentar las exigencias que se le plantean es diferente de la manera en que "ciertos hechos provocan un trauma en determinada personalidad pero no ejercen efecto alguno en otra" (1940). Al mismo tiempo, sostiene que existe cierta etapa de la vida -los primeros cinco o seis años- durante la cual todos los seres humanos se caracterizan por su vulnerabilidad. La razón, a su entender, reside en que durante ese período "el yo... es débil, inmaduro e incapaz de resistencia". El yo, por consiguiente, "no logra afrontar determinadas exigencias que, posteriormente, podrá satisfacer con suma facilidad" y recurre entonces a distintos mecanismos de represión o escisión. Por esta razón -según Freud- las "neurosis solo se adquieren durante la infancia temprana" (1940).
Cuando Freud habla de "infancia temprana", hay que recordar que está haciendo referencia a un período de varios años. En Moisés habla de los primeros cinco años de vida; y, en el Compendio, de los primeros seis. Dentro de ese lapso de tiempo -en su opinión- "el período que va de los dos a los cuatro años parece ser el más importante" (1940).
Lo enunciado ejemplifica la teoría general de la etiología que postula Freud y que se ajusta -estrechamente- a la que proponemos en estas páginas. Sostenemos que la separación madre-hijo puede resultar traumática dentro de los límites de la definición propuesta por Freud, especialmente cuando se lleva al niño a un lugar extraño para él y lleno de desconocidos. Además, el período durante el cual esta experiencia resultaría traumática coincide básicamente con el período de la infancia en que el niño pequeño -según Freud- se caracteriza por su extremada vulnerabilidad. Las breves consideraciones siguientes, en torno al modo en que las teorías postuladas acerca de la separación de la madre se ajustan sustancialmente al concepto freudiano de trauma, permiten esbozar la tesis central de esta obra.
Freud define el concepto de trauma en función de condiciones causales y consecuencias psíquicas. En ambos aspectos, hace referencia a la separación madre-hijo, durante los primeros años de la vida del niño. Con respecto a las condiciones causales, sabemos que el traslado del niño a un contexto extraño provoca una intensa desazón que se  prolonga un período bastante extenso, lo cual se ajusta a la hipótesis freudiana de que un trauma tiene lugar cuando el aparato mental está sujeto a un grado excesivo de excitación. En cuanto a las consecuencias, puede demostrarse que los cambios psíquicos que, por lo general, provocan el dolor de una separación prolongada no son sino los denominados represión, esicisión y renegación. Es decir, precisamente estos son los procesos defensivos que Freud postula como resultado del trauma y que son procesos cuya teoría elaboró para explicarlos. Cabe señalar, por lo tanto, que el agente etiológico objeto de nuestro estudio no es sino un ejemplo concreto del tipo de hechos que Freud considera traumáticos. Vemos así que la teoría de la neurosis elaboraba en esta obra es, en muchos aspectos, una simple variante de la teoría del trauma que postula Freud.
Sin embargo, aunque la tesis sobre la separación madre-hijo se ajusta sustancialmente a la teoría general de Freud sobre las neurosis, y aunque, además, en las teorías de este ocupan un lugar de suma importancia la ansiedad de separación, la pérdida y el duelo que provocan la separación, muy rara vez Freud atribuye la causa del trauma a un acontecimiento único de separación o pérdida en la infancia temprana. Cuando hace referencia, en sus últimas obras, a los tipos de acontecimientos que pueden resultar traumáticos, Freud discurre con gran cautela. En realidad, los términos que emplea para describir estos acontecimientos son tan generales y abstractos que no se sabe con exactitud a que se está refiriendo. En Moisés y la religión monoteísta indica sencillamente que "tienen relación con impresiones de naturaleza sexual y agresiva y, sin duda, también con tempranas heridas infligidas al yo (heridas narcisistas)" (1939).
Por lo general se admite que la separación de la madre-hijo constituye una de esas heridas que se causan al yo. Pero, aunque no cabe duda al respecto, se ignora si fue el mismo Freud quien postuló esta tesis. Por consiguiente, aunque la separación madre-hijo durante los primeros años de vida del niño se ajusta perfectamente a la definición que postula Freud de acontecimiento traumático, no puede afirmarse que prestara verdadera atención a este hecho como un tipo concreto de traumatismo.
La tercera característica del enfoque propuesto en esta obra reside en la aplicación de datos derivados de la observación directa de la conducta, característica que, al igual que las dos citadas anteriormente, se ajusta en gran medida a las teorías freudianas.
Adviértase -en primer término- que, aunque Freud rara vez extrae conclusiones a partir de datos tomados de la observación directa, las dos ocasiones en que sí lo hace revisten una importancia clave. Considérese, por ejemplo, el caso del carretel en el cual basa gran parte de sus argumentos en Más allá del principio del placer (1920) y la agónica reevaluación de la teoría de la angustia que emprende en Inhibición, síntoma y angustia (1926). En este caso, cuando llega a conclusiones complejas y contradictorias acerca de la angustia, Freud busca y encuentra "tierra firme" en la observación de la conducta de los niños pequeños cuando están solos, en la oscuridad o en presencia de extraños. Sobre estas bases descansa la totalidad de sus nuevas observaciones.
En segundo término, es interesante advertir que veinte años antes, en sus Tres ensayos para una teoría sexual (1905), Freud recomendaba explícitamente la observación directa de los niños como complemento de la investigación psicoanalítica:
La investigación psicoanalítica, que descubre la niñez del adulto analizado, y la observación directa de la infancia combinan... La observación directa de los niños tiene el inconveniente de trabajar con datos con los que fácilmente se incurre en error y el psicoanálisis queda dificultado por el hecho de no poder llegar a esos datos ni a sus resultados, más que por medio de grandes rodeos. Más, con la acción conjunta de ambos métodos investigativos, se consigue un grado satisfactorio de seguridad en los hallazgos.
La cuarta característica del enfoque adaptado en esta obra es la referencia a estudios sobre animales. Los que todavía se muestran escépticos acerca del modo en que el conocimiento de la conducta animal puede faclitar nuestra comprensión del ser humano no encontrarán en Freud la corroboración de sus ideas. Este no solo realizó un estudio detenido de Mental Evolution en Man, de Romanes (1888), gran parte del cual está dedicado a analizar la importancia de datos tomados del mundo animal, sino que también, en una de sus últimas obras, el Compendio, expresa la opinión de que "el cuadro esquemático general de un aparato psíquico podría aplicarse, igualmente, a los animales superiores que se parecen al hombre en cuanto al funcionamiento mental". Al concluir, además, deja entrever cierto pesar: "La psicología animal no se ha enfrentado todavía al interesante problema aquí propuesto".
Es evidente que queda aún mucho por hacer en cuanto al estudio de la conducta animal, antes de que dichos estudios puedan arrojar cierta luz sobre el tipo de procesos estructurales a que hacía referencia Freud. Sin embargo, desde que se publicó el Compendio, es mucho lo que se ha avanzado en este terreno. Los brillantes estudios sobre conducta animal y los nuevos conceptos defendidos desde entonces sin duda hubieran despertado su interés.

Todo esto ha sido ya superado gracias al esfuerzo de Bowlby por demostrar empíricamente el concepto de trauma de Freud, desde luego que sigue su legado. Es algo común, el que los psicoanalistas posfreudianos se justifiquen y argumenten sus modificaciones de la teoría o la técnica en base a los escritos de Freud. Freud escribió mucho y como toda persona que desarrolla una teoría, aparecen incongruencias, incoherencias, contradicciones. En esto se apoyan los propios psicoanalistas y los anti-psicoanalistas. No obstante, el modelo de Bowlby fue revolucionario. Esto provocó el rechazo de la "Plana Mayor" del psicoanálisis por investigar fuera del enfoque retrospectivo e histórico y apartarse de la línea rígida de Freud. Si leemos con atención, Bowlby encontró argumentos sólidos en Freud para justificar su trabajo. Un desarrollo que ha trascendido a la actualidad. Que se estudia en todas las Universidades, a diferencia del pensamiento de Freud, que se tiende a pensar que es muy especulativo, imaginativo y que fundamenta sus hipótesis en su imaginación, creatividad y unos pocos casos clínicos. Rodrigo Córdoba Sanz.

http://rivaherrera.wordpress.com/ Excelente página de Carlos Rivaherrera de ilustraciones-retratos de personajes ilustres en todos los campos. Un artista muy interesante. De ahí, al parecer, extraje una ilustración de Carlos Castilla del Pino, por lo que es lo suyo, mostrar su autoría. Le doy las gracias y les invito a que visiten su web. Castilla del Pino, por cierto, estudió profundamente el psicoanálisis, como todos los demás modelos, y fue crítico al respecto. Pero, le inspiró en gran medida a hacer un trabajo que podríamos denominar de "Psiquiatría Profunda".

lunes, 28 de mayo de 2012

Bowlby sobre Freud (Parte I)




[...] Hemos descrito cuatro características del punto de vista adoptado en esta obra (El Apego de John Bolby): enfoque prospectivo; interés centrado en los agentes patógenos y su secuela; observación directa de niños pequeños; empleo de datos procedentes del reino animal. También he procurado explicitar las razones que justifican tal punto de vista. Sin embargo, como son pocos los psicoanalistas que lo adoptan y como, a veces, se ha expresado el temor a una ruptura con la tradición que podria reslultar peligrosa, conviene ver cuál es la postura de Freud al respecto. En relación con las cuatro características enunciadas, se describe primero la posición freudiana y luego se procede a explicar la adoptada en esta obra.
En un artículo de 1920, Freud examina las graves limitaciones del método retrospectivo. Escribe:

Al analizar retrospectivamente el desarrollo de la personalidad, partiendo de las conductas últimas, nos parece estar ante una serie de hechos continuos y creemos obtener conocimientos plenamente satisfactorios e incluso exhaustivos. Pero si procedemos a la inversa, es decir, si comenzamos por las premisas inferidas a partir del análisis y procuramos rastrearlas hasta llegar al resultado final, ya no tenemos la impresión de estar ante una secuencia de hechos inevitables que no podrían haber ocurrido de otra manera. Advertirmos de inmediato que el resultado podría diferir pero que, incluso así, podríamos también comprenderlo y explicarlo. La síntesis, por tanto, no resulta tan satisfactoria como en análisis; en otras palabras, el conocimiento de las premisas no nos permite prever la naturaleza de los resultados.

Una de las razones básicas de esta limitación estriba -según señala Freud- en que ignoramos la importancia relativa de los distintos factores etiológicos. Él nos previene:

Aun suponiendo que poseamos un cabal conocimiento de los factores etiológicos que producen determinado resultado... nunca sabemos de antemano qué factores determinantes son más débiles o más poderosos. Solo una vez comprobados los resultados, afirmamos que fue más poderosa la incidencia de determinados factores. De ahí que, siguiendo una línea de análisis, siempre puedan determinarse los elementos de causalidad, mientras que es imposible predecirlos siguiendo una línea de síntesis (Freud, 1920b).

Este pasaje muestra claramente que Freud no tenía duda alguna sobre cuáles eran las limitaciones del método tradicional de investigación. Aunque todo enfoque retrospectivo permite obtener abundante información con respecto a qué tipo de factores tienen más probabilidad de ser etiológicos, tal vez no siempre se logren identificar todos ellos ni, por otra parte, se pueda evaluar la importancia relativa de los factores identificados. El papel complementario de los estudios retrospectivos y prospectivos en el psicoanálisis no es sino un ejemplo concreto de la función complementaria del método histórico y del de las ciencias naturrales, en otras esferas del conocimiento.
Aunque en el campo de los estudios históricos el método retrospectivo desempeña un papel fundamental y se le deben muchas contribuciones de importancia, uno de sus puntos débiles es su incapacidad para determinar qué función cumplen los distintos factores en la consecución de determiinados factores en la consecución de determinados efectos. Pero donde el método histórico adolece de fallos es, sobre todo, en el campo de las ciencias naturales. Como es bien sabido, todo método científico exige que, una vez examinado el problema, se elaboren una o más hipótesis relativas a las causas que desencadenaron los hechos de interés, de manera que se puedan extraer pronósticos comprobables a partir de dichas hipótesis. La valides de estas depende de la exactitud de tales pronósticos.
No cabe duda de que, para que el psicoanálisis ocupe el lugar que merece dentro de las ciencias de la conducta, tiene que aunar sus métodos tradicionales con los métodos ya probados de las ciencias natrurales. Aunque el método histórico siempre ocupará un lugar de preeminencia en la consulta (como ocurre en todas las ramas de la medicina), para los fines de la investigación puede y debe ser complementado por los métodos de hipótesis, pronósticos deductivos y pruebas. El material de esta obra se presenta como paso preliminar a la aplicación de tal método. El objetivo propuesto reside en concentrarse en el estudio de determinados hechos y de sus efectos sobre los niños, elaborando conceptos teóricos, de tal modo que se puedan hacer pronósticos comprobables. Su análisis detallado y su comprobación quedan para más adelante.
Como argumentan Rickman (1951) y Ezriel (1951), los métodos de predicción y comprobación pueden aplicarse, si se desea, durante el tratamiento de los pacientes. Pero tales procedimientos no pueden nunca corroborar ciertas hipótesis acerca del desarrollo temprano. Por lo tanto, para comprobar la teoría evolutiva del psicoanálisis, es indispensable hacer pronósticos basados en la observación directa de bebés y niños pequeños, que suelen ser comprobables por los mismos métodos.
Para emplear este método, hay que empezar por la selección de determinado factor etiologico, con el fin de determinar si, en realidad, ejerce todos o alguno de los efectos que se le atribuyen. Esto nos conduce a la segunda caracteristica del enfoque elegido: el estudio de un agente patógeno en particular y de sus secuelas.
Al considerar la postura de Freud al respecto, hay que distinguir entre sus puntos de vista sobre los factores etiológicos en general y los que tiene en cuanto a qué papel juega el factor concreto elegido aquí como objeto de estudio.

John Bowlby: "El Apego". Paidós, 1998, Barcelona. Pp.:35-37

martes, 22 de mayo de 2012

Punto de Vista de Bowlby: Teoría del Apego




La extraordinaria complejidad de los múltiples factores a los que ha de atenderse, impone a nuestra exposición una determinada pauta. Habremos, pues, de hacer resaltar, sucesivamente, los diversos puntos de vista y rastrearlos por separado, a través de todo el material, mientras su aplicación sea fructífera. Sigmund Freud, La Represión (1915).

A lo largo de casi cincuenta años de investigación psicoanalítica, Freud intentó distintos puntos de vista para sus investigaciones. Entre los muy diferentes temas que estudió están los sueños, los síntomas de pacientes neuróticos o la conducta de los pueblos primitivos. Aunque la búsqueda de explicaciones le condujo -en cada caso- a examinar acontecimientos de los primeros años de la vida, rara vez obtuvo él mismo datos básicos, a partir de la observación directa de los niños. El resultado fue que la mayoría de los conceptos psicoanalíticos acerca de ese período de la vida del ser humano fueron obtenidos por medio de un proceso de reconstrucción histórica, sobre la base de datos aportados por personas de más edad. Esto es así, incluso en cuanto a las ideas surgidas del análisis de niños: los hechos y procesos descubiertos corresponden con una etapa vital ya transcurrida.
En cambio, este libro (El Apego) parte de un punto de vista diferente. Por las razones que he expuesto, considero que la observación de la conducta de un niño pequeño con su madre, tanto en presencia de esta como, sobre todo, en su ausencia, puede facilitar en grado sumo nuestra comprensión del proceso evolutivo de la personalidad. Cuando un tercero aparta a un niño de su madre, las reacciones de este suelen caracterizarse por un fuerte contenido emocional. Y cuando vuelve a reunirse con la madre, muestra -generalmente- o un grado muy alto de ansiedad de separación o un desapego que llama la atención. Como uno u otro tipo de cambio en la relación madre-hijo -o incluso ambos a la vez-. suelen darse con frecuencia en los sujetos aquejados de psiconeurosis o de alguna otra forma de perturbación emocional, me pareció fructífero iniciar la investigación a partir de este tipo de observaciones y,  una vez adoptado este punto de vista, "rastrearlo... a través de todo el material, mientras su aplicación sea fructífera".
Es decir, el punto de partida que he escogido difiere mucho del habitual en psicoanálisis, por lo que tal vez resulte aconsejable precisarlo en detalle y enumerar las razones que me han llevado a adoptarlo.
La teoría psicoanalítica es un intento de explicar el funcionamiento de la personalidad, tanto en los aspectos sanos como en los patológicos, en términos de una ontogénesis. Al elaborar sus principios teóricos, lo mismo Freud que la mayoría de los analistas posteriores tomaron como punto de partida un producto ya acabado. En el marco psicoanalítico, los datos básicos se obtienen del estudio de una personalidad más o menos desarrollada  y ya funcionando más o menos bien. A partir de estos datos, se intenta reconstruir las fases de la personalidad que precedieron a lo observado.
Esta obra persigue -en muchos sentidos- un fin diametralmente opuesto.Tomando como datos básicos las observaciones de la conducta de niños muy pequeños en situaciones concretas, pretende describir ciertas fases iniciales del desarrollo de la personalidad y, a partir de ellas, extraer conclusiones sobre su posible conducta futura. Concretamente, el objetivo perseguido reside en describir ciertas pautas de reacción que tienen lugar con regularidad durante la primera infancia, para luego rastrear de qué modo pueden discernirse pautas similares en el funcionamiento posterior de la personalidad. Por lo tanto, se trata de un cambio radical de perspectiva, que implica tomar como punto de partida no este o aquel síntoma o síndrome causante de trastornos, sino un hecho o experiencia que se supone -potencialmente- patógenos para la evolución de la personalidad.
Así, mientras casi toda la moderna teoría psicoanalítica toma como punto de partida un síntoma o síndrome clínico -por ejemplo-, la tendencia al hurto, la depresión, la esquizofrenia- y elabora hipótesis acerca de los acontecimientos y procesos que habrían contribuido a su desarrollo, desde la perspectiva adoptada aquí se aborda un hecho determinado -la pérdida de la figura materna en los primeros años de vida- y se intenta, a partir de este, rastrearlos procesos psíquicos y psicopatológicos que suelen resultar. Es decir, se parte de la experiencia traumática y se realizan inferencias acerca de sus posibles efectos traumáticos.
Semejante cambio de enfoque en la investigación es todavía insólito en el ámbito de la psiquiatría. En el campo de la medicina, por el contrario, dicho cambio se produjo hace ya tiempo y daré un ejemplo que puede aclarar este punto. En la actualidad, si se emprende la investigación de la patología de la infección crónica de los pulmones, ya no se tomarán una serie de casos infecciosos, procurando descubrir el agente o los agentes causantes, sino que, más bien, se partirá de un agente concreto -quizás tubérculo, actinomicosis o algún virus recientemente identificado- y se estudiarán los procesos fisiológicos y fisiopatológicos que este desencadena. De ese modo, se podrán descubrir también muchas otras cuestiones que no tienen relación directa con la infección pulmonar crónica. Además de aumentar nuestros conocimientos sobre ciertos estados subclínicos e infecciosos agudos, se podría descubrir que el organismo patógeno -objeto de estudio- no solo produce infección en los pulmones, sino, quizá, también en otros órganos. El centro de interés no es ya un síndrome clínico concreto, sino las múltiples secuelas de determinado agente patógeno.
Pues bien, el agente patógeno cuyos efectos procederemos a estudiar aquí es la pérdida de la figura materna durante el período que va desde los seis meses -aproximadamente- hasta los seis años. Sin embargo, antes de examinar las observaciones básicas realizadas convendrá puntualizar, claramente, en qué difiere del tradicional el enfoque que yo adopto; y analizar ciertos aspectos que han sido objeto de críticas.

John Bowlby:"El Apego". Paidós, 1998, Barcelona. Pp.: 29-31

Bowlby ya desliza elementos importantes. Fue un revolucionario dentro del psicoanálisis. Criticado ferozmente por cambiar la forma de estudio y emplear técnica experimentales de tipo "conductual". El psicoanálisis tenía que hacerse fuerza ante la amenaza del conductismo. Bowlby se empapó de los estudios experimentales que habían aportado datos significativos. Por ejemplo, es ineludible citar a Konrad Lorenz, etólogo e inspirador de la metodología empleada por Bowlby. Lorenz consiguió que unos gansos le siguieron cuando salían del cascarón. Es lo que se llama "troquelado".
Bowlby abrió un nuevo camino de pensamiento e investigación, distinto al de Freud. Esto supuso oposición por los estamentos poderosos del psicoanálisis. Sin embargo, en la práctica. Ha trascendido más el saber, la experiencia y ls investigaciones de Bowlby que la mayoría de psicoanalistas que le criticaron, que han pasado a formar parte del encorsetado campo del psicoanálisis oficial. Permítanme llamarlo así. En los días sucesivos seguiremos investigando a este autor, que forma parte del curriculum en psicología y psiquiatría de cualquier parte del mundo.
Mencionar algo importante que menciono en un artículo. Bowlby tuvo una institutriz, veía una hora al día a su madre. A los siete años le internaron. Él sabía muy bien lo que es la pérdida afectiva y el potencial patógeno de tal situación. Sin embargo, se convirtió en una persona viva que dio sentido a su vida estudiando aquello que había vivenciado, innivando y siendo más práctico, más riguroso y menos especulativo que Freud. Al que significativamente cita antes de exponer su propuesta y sus problemas con el pensamiento dominante en esa época. Seguimos entonces. Disfruten, como me ha dicho una persona con gusto por la filosofía oriental, un verdadero estudioso y practicante: "¡Alegría, que tenemos la suerte de que sea Lunes!". Ese hombre es mi entrenador, y el ejercicio se compagina con charlas de madres orgullosas hablando de sus hijos y de este buen señor, tratando de compartir un modo distinto de pensar. Ese "espíritu" me atrae, creo que si nos conformamos con lo establecido no podremos crear nada nuevo. Y, la vida sin creatividad puede resultarnos a muchos, una vida fútil, vacía, sin sentido. No creo que sea para nada especial. Veo todos los días a personas que quieren dar a su vida una dimensión más trascendente, tengan la personalidad que tengan. Quieren cambiar las cosas, por eso acuden a consulta. Por eso no se quedan en casa leyendo libros como "La Inutilidad del Sufrimiento". El título es la mayor estudidez que he visto nunca (exagero); el sufrimiento es aquello que atravesamos para una Transformación del Self
Rodrigo Córdoba Sanz, Psicólogo y Psicoterapeuta. Formado con profesionales de Madrid, Zaragoza y Buenos Aires.

http://es.wikipedia.org/wiki/John_Bowlby
http://www.bebesymas.com/ser-padres/la-teoria-del-apego-de-john-bowlby
http://www.psicologia-online.com/ESMUbeda/Libros/Manual/manual11.htm
http://www.psicologia-online.com/monografias/
http://sicolog.com/?a=1685
http://www.simplypsychology.org/bowlby.html
http://www.libreriapaidos.com/9788449306006/APEGO,+EL+(APEGO+Y+PERDIDA+1)/