No debemos adormecer nuestros deseos legítimos de cercanía y apego. Nadie puede vivir en un vacío emocional. Necesitamos relacionarnos al menos con algunas personas que nos transmiten afecto, que nos acepten como somos, que nos apoyen y nos animen. Y no siempre es fácil encontrarlas.
Pero no cabe duda de que también debemos acometer la tarea de tratarnos con benevolencia, lo que implica dejar de intentar encasillarnos a cualquier precio y desligarnos conscientemente de la comparación constante con personas más fuertes y que aparentamente tienen una vida más sencilla. Distanciarnos de nosotros mismos, de nuestra particular manera de ser, siempre agudiza el sentimiento de soledad. Pero no se trata de atenuar los aspectos dolorosos de nuestra sensibilidad y disimular la realidad, sino más bien de desarrollar en nosotros cualidades maternales y afectuosas para, de este modo, superar nuestras partes más severas y excesivamente autocríticas.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta.
Zaragoza (Zona Centro).
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E-mail: rcordobasanz@gmail.com
Página Web: www.rcordobasanz.es
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