PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

jueves, 25 de febrero de 2016

Atrapados en el Capitalismo



Somos una sociedad, al decir de Erich Fromm, "homo consumens". Buscamos trabajos cada vez mejor remunerados, de ser posible. Nunca estamos satisfechos y queremos más. Creamos "necesidades" de la nada. Buscamos y buscamos, insaciables.
Laura Gutman atribuye esto al maternaje: "Creo que tiene que ver con la calidad de maternaje que hemos recibido, y no solo me refiero a lo que nuestra mamá real ha hecho con nosotros sino a la totalidad de situaciones de amparo, cuidado y apoyo que hemos recibido".
Por citar un ejemplo: acuden muchos pacientes a la consulta que han vivido "bullying" en mayor o menor medida. Su psiquismo ha sido atacado durante años en muchos casos, sin salida ni escapatoria, por ejemplo, al vivir en un pueblo.
La mayoría de nosotros no hemos sido satisfechos en nuestras necesidades originales porque el patriarcado, la cultura, la moda o las opiniones de los demás que circulan y que adoptamos así lo establecen. Y también la incapacidad de nuestras madres para sostenernos emocionalmente, en su época se prestaba poco interés a este tipo de cosas y la coyuntura era distinta. Por tanto, no hay que culparles. La impotencia se repite generación tras generación.
Todo lo queremos "ya", desde el pecho de un lactante hasta la motocicleta de un adulto. De lo contrario, el dolor será insoportable.
Esos niños necesitados se han convertido en los adultos que ahora somos: continuamos atentos a satisfacer como sea nuestra estructura psíquica, siguen siendo tan prioritarias como cuando éramos niños.
Estamos "huérfanos" de mamá y eso lo desplazamos a objetos, a nuestras supuestas "necesidades".
El objeto deseado guarda relación con la imposición de los deseos de los demás. Cuando no podíamos elegir.
Ahora bien, si queremos salir de este círculo de consumo-malestar necesitamos tomar conciencia de nuestros desamparos y discapacidades primarios con conciencia, con comprensión de la historia.

El consumo adictivo refleja necesidades infantiles no satisfechas.

Frente a la voracidad, hay que reconocer que ese hambre es infantil, no corresponde a nuestro presente. Aunque nos "ataque" como un monstruo real.

Estamos diseñados para colmar necesidades y que alguien las satisfaga cuando somos niños, y también estamos diseñados para amar al otro, ser generosos y altruistas cuando hemos devenido adultos. Por lo tanto, todos podemos ser capaces de recuperar nuestras habilidades naturales.



Texto de Rodrigo Córdoba a partir de un artículo de Laura Gutman. 

No hay comentarios: