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Paz y Ciencia

lunes, 5 de enero de 2009

Los Niños y los Juguetes


Jugar es la forma de relacionarse con el mundo y consigo mismo. Jugar es lo que todos hacemos, indendientemente de la edad. Jugar es vivir de modo creativo. De esto quiero hablar porque bien es conocido que ahora los juguetes juegan solos, ¿dónde está el niño?, ¿dónde está su mundo? El niño necesita crear, descubrir y construir el mundo y su relación con éste a través del juguete, como un medio que esté en la transición entre lo que le presentan sus papás y la realidad externa. Allí en medio navegará dulcemente en esos juegos tan ricos de significación el niño.
Esos juguetes de batman y de rayo mcqueen son deliciosos sin embargo el niño debe alimentar su fantasía, su compañera de viaje en el aciago universo de la socialización y la construcción de su yo. Esos objetos (juguetes) que se le proporcionan ayudan a construir la imagen del mundo y de sí mismo, una imagen inconsciente y consciente. Los padres están en ese circuito irremediablemente, los padres han de jugar con el niño, ser cómplices de sus travesuras, de sus juegos, de sus "chifladuras". Dar un regalo a un niño es presentarle un objeto del mundo para que el pueda crear la realidad y su relación con el portador y consigo mismo. Un juguete es un pedazo de vida que debe ser elegido para ayudar al niño a crecer. Con esto es compatible el uso de juguetes como los muñecos que juegan solos, dichos juguetes, armados de botones que hacen las delicias del pequeño están bien pero los botones tapan la imaginación del pequeño, quien vive en su mundo más que en el de los artificios del juguete. Al papá le puede interesar observar y jugar con el niño y poder disfrutar de ver como ese hijo suyo va constituyendo una forma de relación, descubriendo el mundo a través de ese juguete que está a mitad entre él y sus papas.
Por tanto no podemos olvidarnos de juguetes como un balón, un osito de peluche o unas canicas, que permanecen porque el niño puede jugar con ellos mucho más que con un superman que dice "buenos días, la criptonita está cerca". El niño "sabe" mucho mejor que nosotros que eso sorprende y estimula pero los juguetes tan cerrados son un bloqueo para la capacidad creativa del pequeño, y crear es vivir, para vivir el pequeño crecerá y construirá una imagen de la realidad, de las personas, del mundo.
Se trata de facilitar que este proceso de construcción sea posible y que los juguetes sirvan de mediadores entre los padres, representantes del mundo externo y pobladores del mundo interno, con la realidad. Un juguete es un regalo que da vida, hagámosle las cosas fáciles al pequeño, y para ello puede que tengamos que pensar.

domingo, 4 de enero de 2009

Análisis de Guntrip por Winnicott


Deja penetrar la raíz
en el centro de tu alma.
Aspira la savia
de tu inconsciente
y conserva tu verdor.
D. W. Winnicott


Guntrip fue un brillante psicoanalista miembro del Middle Group de la Sociedad Británica de Psicoanálisis. Estuvo en análisis con Fairbairn y Winnicott, tenemos el testimonio en: Guntrip, Harry: “Mi experiencia analítica con Fairbairn y Winnicott”. Rev. de psicoanálisis, XXXVIII, 1, 1981.
Este buen señor contempló en el regazo de su madre a su hermano Percy, desde entonces padeció de una amnesia que le impedía recordar ese recuerdo.
Winnicott en el artículo Winnicott, Donald (1974, artículo póstumo): “El temor al derrumbe”, Psicoanálisis (revista de APDEBA), IV, 2, 1982; habla sobre una persona con esquizofrenia que le consultó para que le ayudara a buscar un motivo para el suicidio. Finalmente ella se suicidó, Winnicott no pudo en el tiempo que pudieron disfrutar ayudarla en su propósito, escribe Winnicott: “Su meta (tal como ahora la entiendo), consistía en que yo le dijera que había muerto en la temprana infancia. Sobre esta base creo que ella y yo habríamos logrado proteger su muerte hasta que la vejez se cobrara su tributo”.
Dice Winnicott sobre el temor al derrumbe: “es temor a un derrumbe que ya se ha experimentado. Es un temor al padecimiento original que dio origen a la organización defensiva que el paciente manifiesta como un síndrome patológico. Según mi experiencia, hay momentos en que un paciente necesita que le digan que el derrumbe, por temor a cual su vida está destruida, ya se ha producido”. . Continúa Winnicott: “El paciente necesita ‘recordarlo’, pero no es posible recordar algo que aún no ha sucedido, y ese hecho del pasado aún no ha tenido lugar porque el paciente no estaba allí para que eso le sucediera. En este caso, la única manera de ‘recordar’ consiste en que el paciente experimente por la primera vez ese hecho pasado en el presente, es decir, en la transferencia. Ese hecho pasado y futuro se convierte entonces en algo que le pertenece al aquí-y-ahora y que el paciente experimenta por primera vez”.
Guntrip había sufrido una patología preedípica, le dijo lo siguiente: “parece que usted no hubiera tenido complejo de Edipo”. Winnicott apeló a su contratransferencia e intervino por ese sendero. Es de señalar que Guntrip, tras la muerte de su hermano, fue llevado a casa de una hermana de la madre para ayudarle porque “estaba muriendo de pena”, eso fue lo que le dijo el médico que le atendió a la madre: “Se está muriendo de pena por su hermano. Si su intuición de madre no puede salvarlo, yo tampoco”. Guntrip pudo sobrevivir.
En 1959, después de una larga y peligrosa enfermedad, Fairbairn volvió a trabajar. Guntrip, que ya llevaba diez años analizándose con él, en esa sesión de reencuentro le contó del dolor que le había producido la muerte de un antiguo y entrañable amigo y le habló también de la enfermedad de él, Fairbairn. Entonces éste hizo una interpretación decisiva: “Creo que desde mi enfermedad yo no soy su padre bueno ni su madre mala sino su hermano que muere en usted”. Me parece absolutamente precioso y acaso útil para una persona como Guntrip, no obstante tras finalizar el análisis con Fairbairn dejaron la posibilidad de poder continuar enriqueciéndose recíprocamente, esto fue lo que dice Guntrip: “Me encuentro en un dilema. Debo poner a fin a mi análisis para tener oportunidad de completarlo, pero, por otra parte, no cuento con usted para ayudarme en tal sentido”.
[ Aparentemente tampoco este análisis con Winnicott le permitió superar su amnesia infantil. Sólo después Guntrip comprendió que este análisis había modificado toda la naturaleza del problema al permitirle recuperar una madre buena inicial, recreada en la transferencia con él. Winnicott le hizo entender que no se trataba sólo de la pérdida de Percy, sino también de la cuestión de quedar solo con la madre que no podía mantenerlo vivo, lo que provocó su derrumbe. En su segunda sesión Winnicott le había dicho:
“Usted sabe cosas sobre mí pero todavía no soy una persona para usted. Es posible que se vaya sintiendo que está solo y que no soy real. Debe haber tenido una enfermedad anterior al nacimiento de Percy y posiblemente sintió que su madre lo abandonaba y usted debía cuidar de sí mismo. Aceptó a Percy como su propio Self infantil que necesitaba cuidados. Cuando murió, usted se quedó sin nada y se derrumbó”; WINNICOTT
A TRAVÉS DE GUNTRIP, UNO DE SUS ANALIZADOS, por Ricardo Jarast ].

Winnicott sugiere que la madre odia al bebé antes de que éste odie a la madre y antes de que el bebé pueda saber que su madre lo odia. Da nada menos que dieciocho razones para justificar esta idea. Entre ellas:
El bebé no es su propia concepción (mental).
No se produce mágicamente.
Constituye un peligro para su cuerpo durante el embarazo y el parto.
Trata de lastimarla, periódicamente la muerde y siempre por amor.
La excita pero la frustra: la madre no debe comerlo ni tener contacto sexual con él.
Estas palabras se deben entender desde su trabajo: Winnicott, Donald (1947): “El odio en la contratransferencia” en Escritos de pediatría y psicoanálisis, Laia, Barcelona, 1981.

Guntrip era una persona productiva, hiperactiva, tras escucharle durante media hora atentamente en esa disposición, Winnicott le dijo lo siguiente en el análisis: “Su problema consiste en que es tendencia a derrumbarse nunca se resolvió. Tuvo que mantenerse vivo a pesar de ella. No puede dar por sentada su existencia activa. Tiene que esforzarse mucho por mantenerla. Teme dejar de actuar, de hablar o de estar despierto. Siente que podría morir en un momento de inactividad o silencio, al igual que Percy, porque si deja de actuar su madre no puede hacer nada. No podría salvar a Percy o usted. Inevitablemente teme que yo no pueda mantenerlo vivo, por lo cual mantiene relacionadas sus sesiones mensuales conmigo mediante sus registros (Guntrip anotaba todo después de la sesión). No debe hacer brecha alguna. No puede sentir que yo experimente un interés permanente por usted, porque su madre no pudo salvarlo. Usted es un experto en ‘estar activo’, pero en ‘simplemente crecer, simplemente respirar’ mientras duerme, sin que tenga que hacer nada al respecto”.
Sobre la dificultad de Guntrip para tolerar el silencio, tras un trabajo focalizado en esta cuestión compartieron lo siguiente, palabras de Winnicott: “Empezó a temer que yo lo abandonaría. Siente que el silencio es abandono. La brecha no consiste en que usted olvide a su madre, sino en que ésta lo olvide a usted y ahora vuelve a vivir esta situación conmigo. Está comenzando a recuperar un trauma previo que quizá jamás habría encontrado sin la ayuda de la repetición que significa el trauma de Percy. Tiene que recordar al abandono de su madre transfiriéndomelo a mí”.
Tras el análisis con Winnicott, tiempo después, Guntrip pudo recuperar la memoria, tenía dentro el análisis con Winnicott y su recuerdo, como dice Jarast hablando de Didier Anzieu: “terminó de tejer un yo-piel continente de tanto dolor”.

Leer: www.joseouteiral.com/textos/WINNICOTT%20atraves%20de%20Guntrip.doc

sábado, 3 de enero de 2009

La fantasía de Melanie Klein según Hanna Segal




El trabajo de Melanie Klein es rico en detalles e inferencias, conjeturas y creatividad. Es una de las primeras que mira hacia dentro de la fantasía, también del infante, con lo que eso supone de conjetura y novedoso en relación al trabajo de Sigmund Freud.
“Eso que llaman infans no existe”, diría Winnicott, quien deseó analizarse con Klein,
Como veremos Melanie Klein habla de aspectos que podríamos llamar constitucionales, o dicho de un modo más preciso configuraciones del mundo interno, posiciones que ayudan a entender patrones de relaciones de objeto. Relaciones con el mundo en base a mecanismos como la introyección, la proyección, la escisión, la negación, la idealización, el “splitting”, etc.
Dichos mecanismos están en la base de un análisis y Jacques Lacan desestimó la obra de Klein por pensar que el bebé no se podía entender desde esas posiciones que postulaba Klein, sin embargo su obra perdura con gran intensidad y aceptación y está en la vanguardia del análisis de niños. Recomiendo leer Introducción a la Obra de Melanie Klein, de Hanna Segal. También El (Self) dividido (Traducido como El Yo dividido), de Ronald D. Laing. También leer los trabajos de Klein fundamentales para disfrutar de “otro mundo”, más íntimo y más incómodo para quienes sufrieron una escisión temprana y no han podido conectarse con su interior.
Hanna Segal estructura de manera muy clara el libro, el texto fue en su origen material para la formación de psicoanalistas en el Instituto de Psicoanálisis de Londres. Por pedido de los alumnos recopiló dichas clases con abundantes ejemplos clínicos y formación específica de la obra de Melanie Klein.
Destacar que en repetidos ejemplos los pacientes parecen tener reacciones terapéuticas negativas, ella destaca como buena kleiniana la envidia y la agresión de sus pacientes, las proyecciones, etc. De hecho comenta que un paciente le dijo que sus objetos buenos proyectados también serian, como los malos, partes de él. Esta burla irónica fue así mismo interpretada. Esto me hace pensar en una transición a Winnicott, la propia Hanna Segal habla de la “tercera zona”, refiriéndose a una zona entre el yo y el no-yo, tal vez a la transición entre posición esquizo.paranoide y depresiva.
La diferencia entre Winnicott y Klein o Hanna Segal, es que el primero consideraba que la madre debía ser suficientemente buena para que el bebé la pudiera crear, en el segundo caso la madre crea al bebé. No tengo referencias de que en el material clínico de Winnicott sea valorado como un terapeuta fálico. En todo caso esto ayuda ligeramente a interpretar como la teoría se convierte en material introyectado, identificaciones introyectadas que determinan la conducta. Paz.

La Niña de los Sueños XLVI

La niña cogía fuerte de la mano al muchacho debajo de la mesa, una mesa amplia, llena de cubiertos de plata que reflejaban la cara de susto de nuestro amigo.
La mano se deslizaba sudorosa sobre la de la Princesa, desde sus dedos podía notar el vibrato que se originaba en la pierna inquieta de su compañero. Le miraban con asombro. El muchacho miraba a su alrededor, delante y detrás. Miraba la mesa y a esos hermanos tan bien arreglados y dispuestos. La muchacha tenía las mejillas sonrosadas: "Que guapa se ponía cuando estaba así"; pensaba nuestro amigo.
Lo cierto es que el muchacho estaba en otros terrenos, más confusionales, la casa le daba vueltas, la familia de la muchacha le encogía el pecho, no lo veía del todo claro.
Escrutaba.
Los hermanos le preguntaron que dónde se habían conocido con un aire de picardía vacilante. El muchacho enmudeció, o mejor dicho continuó callado, la niña le dio un golpe con su rodilla bajo la mesa, donde las manos sudorosas jugaban a bailar una sobre la otra. El muchacho contestó haciendo un esfuerzo que "En el mercado".
La lacónica respuesta dejó insatisfecho al hermano quien le dijo de dónde venía él.
Esa pregunta pareció molestar a la muchacha y el padre, diplomático, manejó la conversación a otros lugares más reposados. Las señoras del piso de abajo trajeron las viandas, el muchacho se relamió, circunstania que fue detectada por el segundo hermano, pero no importó. El padre parecía feliz de ver a su hija ilusionada y algo centrada después de ese tiempo miserable de pérdida y silencio. El muchacho imitó los gestos de las servilletas y otros útiles para no desentonar, le tuvieron que animar a empezar a pesar de su gana...

De la dificultosa tormenta del vivir cotidiano

Canta alrededor
En mundos secos de color
Mira al cielo y busca otra razón
Porque lo que ves poco interesa
Es acaso el gris, el negro, el blanco
El espectro lo que te ofrece la gama
Para colorear una vida en clave doble
Una vida errante de cansados esfuerzos
Un antojo que supere el miedo
Tiembla susurrante entre dientes
Buscando el cielo
Pues lo que ves aquí produce el lamento
Crea, crea sin cansancio pues lo que te rodea es valioso
Lucha, lucha, incesante
Pues el destino es dichoso.
No te agotes ahora y busca aquello
No está fuera sino dentro
No es pesado ni un fardo
Es suave y bochornoso para otros,
tal vez agotados.

viernes, 2 de enero de 2009

Carl Gustav Jung. De príncipe a villano.



Leer algo de Carl Gustav Jung nos lleva a pensar en Freud, quienes se influyeran recíprocamente. Es algo inaudito leer como Freud, con toda su vasta inteligencia escribe pestes sobre Jung y Adler por el mero hecho de pensar por sí solos. Grandioso era el proyecto de Freud y perdura.
Es conocida la amistad de estos dos genios, Freud desde la neurología, Jung desde la psiquiatría se acercó con Blueler a las ciencias médicas afines a la antropología. Jung es criticado en artículos por sus peculiaridades, para ello es bueno ir a la fuente: “Sueños, recuerdos, pensamientos”. Por el propio Jung. Se cuenta de él que pasó una larga temporada enfermo, aislado. También se dice de él que se desmayaba en situaciones de presión. Se me ocurre decir que tal vez este trabajo supone también el tener contacto con esas “neurosis” cuando se trata de sacarlas a la luz y descubrirlas más allá de estudiarlas.
Jung es un hombre con una producción literaria-científica amplia, desde el estudio sobre OVNIS a la “prueba empírica” del psicoanálisis: la asociación de palabras. Donde se concluye que aquellas palabras que tienen un componente emocional más elevado tienen más tiempo de reacción.
Jung el que alzó el inconsciente colectivo, y fue con Freud hacia América para difundir en la cátedra William James, en la Universidad de Roncester. En una charla informal sobre los propios sueños Freud se vio obligado a pararle los pies porque: “eso no lo puedo contestar, no puedo poner en duda mi autoridad”.
Y así se fue diluyendo la obra de Jung, quien aún con el rechazo de Freud, de incluirlo en su aparato teórico, otros psicoanalistas, psiquiatras y psicólogos han tenido en cuenta la vida y obra de Carl Gustav Jung como erudita y valiosa. Fue un pionero de la psicología criminal, de la tipología, fue un ser muy creativo, que probablemente llegara estar en alguna época muy enfermo. Sin embargo su obra tiene un valor que supera esas adversidades y controversias, acercarse a la vida de este buen señor, “Príncipe Heredero” de Freud nos enseña mucho sobre el rudo edificio del psicoanálisis, la psicología y la tipología, estas tres ideas se incluyen la una en la otra, como las casas de juguete de los niños.

jueves, 1 de enero de 2009

Inauguración

Les dejo con un detalle musical para inaugurar el año.