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Paz y Ciencia

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Heredar el deseo

Heredar el problema de la transmisión de deseo es central. ¿Acaso la función paterna no responde, sobre todo, a la pregunta: ¿cómo es posible heredar la facultad de desear? ¿cómo se da su transmisión de una generación a la otra?
La herencia implica un movimiento singular entre identificación y desidentificación. No es identificación, ni desidentificación. Es una desidentificación que supone una identificación cumplida y una identificación que exige una desidentificación. Lo recordaba Freud al final de su texto-testamento, el Esquema del psicoanálisis, citando una célebre frase de Goethe:
"Lo que has heredado de los padres, / reconquístalo, si quieres poseerlo de verdad". Significa que para servirse del Padre es necesario poder prescindir de él. Pero prescindir de él no quiere decir en absoluto cancelar la deuda simbólica que nos vincula al Otro. Prescindir es sólo para poder servirse de él, no para anular su existencia. Para poseer auténticamente lo que has celebrado debes reconquistarlo, dice el padre del psicoanálisis. Se debe naufragar en la primera herencia para poder llegar a la segunda. Si la primera es la de la sangre y el goce, la segunda es aquella humana y simbólica del deseo. Se trata de experimentar toda la insuficiencia de la primera para poder acceder a la segunda. Se trata de morir en la de la sangre para vivir en la del símbolo y del deseo. En efecto, la herencia no es un patrimonio genético que se adquiere por descendencia, comporta, ante todo, el acto singular de querer heredar, de consentir a la herencia, de reconquistar la propia herencia.
:: Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo.
:: Zaragoza (Zona Centro).
:: Tfno. Citas: 653 37 92 69
:: Página Web: www.rcordobasanz.es

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