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Paz y Ciencia

domingo, 8 de enero de 2017

Winnicott



Winnicott escribe que "si el objeto externo persiste en ser inadecuado, el objeto interno no tiene significado para el bebé, y consecuentemente, el objeto transicional también se encuentra desprovisto de significado". Si la ausencia de la madre se prolonga más allá del tiempo durante el cual el niño conserva el sentimiento de su existencia, se produce una ruptura en la experiencia del niño: el recuerdo de la imagen maternal tiende a borrarse, el objeto transicional pierde su significado y su energía de catexis. El niño ha sentido un corte en la continuidad de su existencia, lo cual entraña una organización de defensas contra la repetición de una angustia semejante.
Winnicott señala que, afortunadamente, la mayoría de los bebés no ha tenido esa experiencia, no cuentan con "ninguna huella de ese saber que deja la experiencia de haber estado loco", "locura" que implica una ruptura del sentimiento continuo de existir. La mayoría de las veces, la experiencia de una deprivación se encuentra corregida en sus efectos por diversos mimos que reparan la estructura del yo infantil: el bebé puede utilizar de nuevo ese símbolo de unión que es el objeto transicional.
Vemos entonces que la utilización de éste último está estrechamente ligada a la persistencia en el niño de una imagen materna vívida, la cual supone la ausencia de carencias importantes que entrañarían lo que Winnicott llama "estado de muerte" (deadness) del objeto interno o su transformación o en un objeto perseguidor. Pero con esa cuestión nos introducimos en la psicopatología de los fenómenos transicionales.



Rodrigo Córdoba Sanz.
Psicólogo y Terapeuta.
Winnicott Claude Geets

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