No idolatres a nadie, y a mí que soy tu padre, menos que a nadie. Bucay a su hija.
Quizá Bucay sea un ladrón de ideas de los grandes, saber sus raíces es ser humilde. Crear es una actividad mágica, de progreso y crecimiento. Él invita a pensar, sugiere nuevos recorridos de la salud psíquica, un producto que se deja llevar por el happening inventando un giro en la literatura psicológica que ha hecho bien a muchas personas, por su sencillez, su calidez y su ternura. El saber es de los sabios, y es sabio hacer feliz a la gente. Bucay lo consigue. Sea como fuere.
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