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Paz y Ciencia

lunes, 12 de marzo de 2012

La Fuerza del Optimismo

Luis Rojas Marcos
La fuerza del optimismo
Punto de lectura, Madrid – Barcelona 2006

La disposición optimista y pesimista se puede encuadrar en tres ámbitos: nuestra memoria del pasado, nuestra interpretación del presente y nuestra visión del futuro. El optimismo es especialmente útil para hacer frente a las adversidades de la vida (no textual).

Las personas poseemos dos tipos de memoria, la memoria verbal y la memoria emocional (no textual).

Los optimistas son personas que esperan que les vayan bien las cosas y se predisponen a ello. Los pesimistas son personas que esperan que les vaya mal e, igualmente, se predisponen a ello (pag. 81)

El carácter es el conjunto de atributos y rasgos que componen y distinguen la personalidad del individuo. Se manifiesta en la forma de sentir, de pensar y de comportarse, en los gustos y en las aversiones (…) Todos los bebés poseen unas tendencias instintivas vitales que muestran al nacer en su actividad física, en su placidez, su curiosidad, y su sensibidad a los estímulos internos y externos (…) Es algo innato (pag. 97)

Un componente fudamental del carácter es la autoestima o la valoración que hacemos de nosotros mismos. La autoestima empieza a desarrollarse durante los primeros dieciocho meses de vida. Al principio se nutre sobretodo del amor materno y del sentido de seguridad (…) La autoestima más beneficiosa es la que se construye de pequeños y frecuentes logros y de la ilusión de objetivos alcanzables. (…) Una buena autoestima estimula emociones positivas y nos protege de las negativas. Sin una opinión positiva de uno mismo no es fácil desarrollar una disposición optimista (pag. 99)

Los niños que escuchan a sus padres dar asiduamente explicaciones positivas de los sucesos tienden a incorporar estilos positivos de interpretar las vicisitudes de sus vidas (pag.101)

La distinción entre el sentimiento “normal” y pasajero de melancolía y los efectos de una depresión que requiere tratamiento nos plantea con frecuencia un desafio. Para llegar a tal diagnóstico se requiere que haya un cambio perceptible en el talante de la persona y la presencia continuada y evidente de cinco o más sintomas durante un periodo mínimo de dos semanas (…). A veces es fácil asociar el desánimo con traumas concretos, como por ejemplo la ruptura de una relación sentimental importante, la perdida inesperada del trabajo o la muerte de un ser querido. Otras veces la causa se encuentra en un trastorno físico (no textual).

Conversar y expresar nuestras emociones es una forma saludable de organizar los pensamientos y de aliviar la angustia o el miedo (…) La compañía amistosa nos aporta además consuelo y seguridad y a veces sentido del humor, componente que nos ayuda a defendernos de la ansiedad y el abatimiento que producen las adversidades prolongadas (no textual).

1 comentario:

Maria dijo...

El otro día estaba viendo una entrevista que Buenafuente hizo a un coach, Emilio Duró, considerado " un optimista sobrenatural". Cuesta un poco seguir el hilo de la conversación de éste hombre, habla muy rápido, pero en cuanto te acostumbres a su "galope enloquecido" de palabras, te enganchas a su humor, a su alegría, te maravilla la verdad de sus razonamientos.
Esto viene como un añadido a tu post de hoy, dedicado a la "fuerza del optimismo".

Maria