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Paz y Ciencia

domingo, 8 de marzo de 2020

El niño interior



Es el Niño quien percibe el secreto primordial de la Naturaleza Humana y es al niño que hay en nosotros a quien regresamos. El niño interior es lo bastante simple y osado como para vivir el Secreto.
Chuang Tsu

La mayoría de nosotros sentimos una fuerte afinidad hacia el niño interior. Sabemos intuitivamente lo que es, el significado que tiene para nosotros. Percibimos, tal vez de forma encubierta, que una parte de nosotros mismos permanece íntegra, a salvo de los pesares de la vida, capaz de alegrarse profundamente y de maravillarse ante las cosas más pequeñas.

Esta imagen del niño es sutil, compleja y auténtica. Su mensaje es que todos llevamos a un niño eterno en nuestro interior, un ser hecho de inocencia y asombro. Y este niño simbólico también nos conduce, a quienes hemos sido porque lleva consigo el registro de nuestras experiencias formativas, de nuestros placeres y de nuestros dolores.

"El Niño es el padre del Hombre", dijo Wordsworth. El niño es el padre de la persona entera.
Carl Gustav Jung sugirió que el niño representa una "plenitud que abarca lo más profundo de la Naturaleza".

La mayoría de nosotros, cuando adultos, continuamos en contacto con el niño interior mediante  los hábitos, los deseos, y el comportamiento infantil, y la relación que sostenemos con los niños de verdad. Jung señaló que la tendencia a emprender actividades regresivas desempeña la función positiva de mantenernos ligados al niño, de activar al niño interior. Según él, la regresión es un "intento genuino de alcanzar algo necesario: el sentimiento universal de inocencia infantil, la sensación de seguridad, de protección, de amor recíproco, de confianza, de fe, algo que tiene muchos nombres".

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Nº Col.: A-1324
Tfno.: (+34) 653 379 269
Instagram: @psicoletrazaragoza
Página Web: www.rcordobasanz.es


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