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Paz y Ciencia

sábado, 7 de mayo de 2016

Caso Clínico: Psicosis Tóxica



María era una buena estudiante, tenía dos hermanos, Javier y César. Su relación con los padres no era buena. Algo inconsistente, un padre dominante y agresivo en ocasiones, una madre pasiva, fruto de la actitud del "yo tengo la culpa de que mi marido me pegue". Sus hijos, también María, le invitaron a denunciar el caso pero su madre nunca se atrevió. Su madre había recibido golpes como el resto de la familia. Su ira reprimida lo pagaba con María, ella refiere que "le rompió una cuchara de madera en la cabeza". Tanta violencia y desconcierto, le llevó en pensar una forma de salir de su casa. Hizo un esfuerzo meritorio para obtener una beca y salir de su casa. Por su inteligencia y persistencia logró su objetivo. Falta de cariño, se unió con una pareja que tenía claros matices semejantes al padre. No le maltrataba pero "le trataba mal".

En la facultad empezó a fumar marihuana. Su novio tenía una plantación en casa. Cada vez aumentaba el consumo, de forma exponencial. De pasar a ser un acto recreativo, fue una adicción psicológica y física. Necesitaba la droga para contrarrestar la profunda angustia difícil de gestionar y de manifestar. Su ansiedad aumentaba, cada vez más marihuana y puntualmente cristal y speed.
En una de esas noches, cuando consumió speed y cristal tuvo una "psicosis tóxica", tuvo una paranoía. Pensaba que era una magdalena y que sus compañeros "de viaje" se le querían comer. Salió correr del bar y se encerró en su cuarto encerrada.

Poco a poco, fue desarrollando un actitud errante y suspicaz. Empezó a vender marihuana de la plantación de su novio. Su consumo y su venta le aportaba el dinero suficiente para tener su dinero de bolsillo. Poco a poco fue perdiendo el contacto con la realidad. Acudió a mi consulta y trabajamos en sintonía un psiquiatra y yo. María siguió consumiendo marihuana, como "automedicación" a su, cada vez, aumento de angustia.

Comenzó a delirar, pensaba que le estaban envenenando, que había un complot universal contra ella. Que el mundo estaba fraccionado en personas que le querían ver muerta y otras que le querían proteger. Quería averiguar mensajes ocultos en la televisión y en las páginas del FBI.
Su locura era tal que se acordó un ingreso. En tal ingreso, se le medicó de forma razonable y pudo descansar. Estuvo un mes ingresada. No tenía permisos para salir por riesgo de suicidio.
En la comunicación con el psiquiatra de la Unidad, se me informó de que ella no decía nada. Se mantenía callada y hacía gestos extraños de rechazo.

Finalmente salió, pero no recuperada totalmente. Fue derivada a otro psiquiatra, por la transferencia negativa con el psiquiatra de la Unidad y comenzamos, de nuevo a trabajar en equipo. Empezó a mejorar mucho tiempo después. Estuvo un año con esa "bruma", tal como lo refería.
Perdió una convocatoria de la carrera, aunque con su inteligencia y afán pudo recuperar lo perdido.

Esto es un documento para concienciar de lo altamente peligroso del consumo de drogas y de la etiología vinculada a las drogas y a una biografía exigente y violenta. 

Comparto con ustedes algo que es muy importante, las personas con sesgos psicóticos son muy inteligentes por lo general, la medicación afecta en lo cognitivo, además de su propia palabra.
No son de fácil tratamiento psicoterapéutico, pero no se puede generalizar.

Les dejo con una canción que me sugirió dentro de un contexto de gustos musicales a modo de "musicoterapia": EverDream

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