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Paz y Ciencia

miércoles, 31 de octubre de 2007

Cuarto Fantasma: Atland-La Epopeya-

In the future, I will be
Only a forgotten remain
And it makes me wonder why
I am suffering today


Cuentan que a través de muchos años se fue forjando una historia viva, radiante y espléndida. Era el preludio de vientos de cambio, de ilusiones plasmadas que diseñaron algo, si me dejan decir, diferente y mejor. La leyenda trataba de 5 caballeros errantes que surcaban los cielos con anhelo de cambio y resurrección. Estos ángeles del cielo volaban buscando sensaciones que hicieran cambiar sus sueños diurnos por algo distinto y mejor. Desde ese afán de superación se adentraron en un territorio inhóspito, desconocido y a la vez atractivo, una suerte de sentimientos encontrados que emanaban amor y algo de rencor. Una vez allí, danzando por los paisajes repletos de agua, árboles y animales en ocasiones y otras, en tenebrosos parajes de desierto y desolación tenían que decidir que camino escoger. Mientras montaban un campamento desguarnecido, dejaban sus enseres y preparaban algo de la comida conservada de sus tierras de origen, comenzaron a platicar con la idea de construir algo confortable a partir de lo que ellos eran, lo que deseaban. En armonía con su imaginario, buscaban encontrarse en una fantasía colectiva que les liberara de la profunda carga de realidad a la que debían estar sometidos antes para satisfacer al Dios Sol, aquel que daba luz al lugar donde ellos nacieron, la montaña. Fatigados tras el parlamento se fueron quedando dormidos emplazando la génesis de su Nuevo Mundo para el día siguiente.
Durante su sueño, una hermosa muchacha divisó la presencia de estos caballeros. De manera sinuosa se acercó al campamento sorteando los corceles mágicos que habían dejado pastando. Ante ella 5 jóvenes alrededor de un fuego empedrado, trazando un círculo. Se detuvo a mirarlos poco a poco. El primero, que parecía el más joven, con larga cabellera, llevaba grabado el nombre en un dispositivo pequeño que tenía cogido en su mano, parecía funcionar de manera mágica y tenía grabado en el agarre con letras doradas: “Chusé”. Eclipsada e intrigada por este descubrimiento siguió con cautela investigando lo que habían dejado sus compañeros junto a sí. El segundo era más corpulento, parecía tener problemas para encontrar una plácida posición y tenía agarrado con los dos brazos algo semejante a una mandolina gigante de cuatro cuerdas. La deslizó entre los dedos de su dueño para descubrir su nombre grabado en rojo: “Albertus”. Hermosos e interesantes, pensó nuestra amiga acerca de la escena de ensueño que disfrutaba. Curiosa, vivaz y decidida continuó indagando más acerca de estos seres con tintes caballerescos. Al tercero se le veía fácilmente el nombre en una muñequera negra de cuero que debía de emplear para protegerse de quién sabe qué tipo de seres malignos. Con una escritura suave y precisa se podía leer fácilmente: “Josi”, a su vera, una guitarra barroca, así la identificó nuestra fisgona amiga por lo que había oído acerca de ese tipo de creaciones. Presa de la excitación, empezaba a sentir el sudor deslizándose por el cuerpo que llevaba apenas cubierto de una ligera capa de seda lila y unas potentes botas que contrastaban dándole un punto cómico al ir en puntillas. El cuarto era muy fuerte, muy alto y parecía ser el propietario de unas lanzas de madera pulidas y talladas delicadamente con su nombre impreso en fuego: “Chesus”. Este tipo debe de ser un raudal de energía y entusiasmo se murmuro ella. Se planteaba qué tipo de juglares más extraños, ajenos a toda convención y formalismo. Le parecían sumamente atrayentes. El quinto llevaba sólo un chaleco, soñaba junto a un recipiente de algún reconstituyente, sus ojos, entornados, transmitían vigor e intuición, su fisonomía representaba la experiencia de una vida que se presumía dura. Su instrumento era algo parecido al del tercero pero con un aire algo más renacentista, menos alambicado. Allí, grabado con un cuchillo se leía claramente: “Cristian”.
Nuestra amiga se acercó para verle de cerca, muy atrevida le acarició la cara con las yemas de sus dedos cuando éste se despertó súbitamente, quedando conmocionado al sentirse observado por esa chica tan especial, un hada ha interrumpido mi descanso, qué querrá de nosotros. Esto fue lo que pensó el durmiente.
Cristian se intentó levantar torpemente y le preguntó al hada por el motivo de esa interrupción. La chica, ahora hada, balbuceó y se presentó: Judith. Cristian iba a hacer lo propio cuando su fantástica amiga se adelantó silbando con una melodía cautivadora lo que él tenía que decirle: Sé que te haces llamar Cristian.
A través de la música que fluía de las palabras de Judith se despertaron los demás, con el asombro propio de la intriga. Quedaban pocas horas para amanecer y atónitos se quedaron mirando a la intrépida joven, embelesados, extasiados. Cristian les explicó que era un hada que había irrumpido en sus sueños para ayudarle a descansar, que se hacía llamar Judith y que la habían enviado para ayudarles a diluir la disociación en la que estaban inmersos. El grupo de juglares se levantó para saludarla y hacerle preguntas acerca de su procedencia y dedicación. Desde ese momento Judith incorporó su vida y costumbres a esos jóvenes pasando a formar parte del grupo caballeresco que soñaba con hadas reparadoras. Ahora los seis constituyen un brillante conjunto donde se inscriben con delicado sentido los productos de todas sus fantasías. Por fortuna se encontraron y ahora es tiempo de la comprensión de su obra y el disfrute de su ingenio. El hada de sus sueños se hace cargo de poner armonía y paz, además contagiada por el arte de sus nuevos compañeros de andanzas y con el infinito fruto de sus aptitudes para realizar los deseos es una más tocando con cuidado algo parecido a lo que entonces, cuando estaban en la tierra de la mentira prometida, era un órgano.

In the sands of eternity, from deepest hole of reality
Was born the most perfect melody of gods
It’s the passage of time.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

HOla!
Te comento porque es una pena q un texto tan bonito esté tan solo!
Desde luego casi dan ganas de hacer un grupo por poder decir que tienes una historia tan fantástica jeje
un saludo y ánimo con el blog

Psicoletra dijo...

Me alegro. Cuentan que en un tiempo podrás leer mucho más sobre aquello que conoces.