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Paz y Ciencia

miércoles, 29 de abril de 2015

Únete a la disidencia, piensa... y que no te cojan


En algunas ocasiones la persona pide ayuda sin saber por qué.
Necesita encontrarse mejor pero eso de contárselo a un desconocido es un engorro que no resulta nada cómodo por la ansiedad persecutoria.
Cuando una persona acude a consulta viene con una gran carga de angustia, sabe que se está jugando la vida, su salud, su existencia, su presente, su futuro y su pasado.
La disidencia viene cuando de manera paradójica la persona acude pero no hace ningún caso.
No se trata de que esa persona no respete, vivirlo así significa un problema del terapeuta.
El psicoterapeuta está para entender qué es lo que pasa en el campo y devolverlo, de a poquito, a la persona que muestra signos de confusión y ambivalencia.
Está claro que no podemos exigir a los pacientes que sean todos buenos pacientes.
Eso sí, el deber es señalar su actitud. Una actitud que puede parecer displicente, la rebeldía va siempre, de forma más intensa dirigida hacia uno mismo, a modo de sabotaje. Estas personas no se dan cuenta de lo que se están haciendo.
Muy a menudo estas conductas y actitudes se dan desde la época joven, luchando contra una figura o figuras que no se terminan de incorporar, aceptar y entender.
Por tanto, en la transferencia, estas relaciones a modo de conflictos inconclusos, se repiten, y no hay peor manera de no olvidar.
"Recordar es la mejor manera de olvidar".
Dedicado a S.

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