Los trastornos de alimentación siguen siendo un problema oculto en una sociedad que los observa con condescendencia y los alienta con comportamientos erróneos. Unos trastornos tradicionalmente asociados a las adolescentes, y que ahora padecen también muchos hombres y mujeres adultas, que no se reducen a la anorexia y a la bulimia, sino que incluyen ortorexia, vigorexia, conductas impulsivas y muchos otros.
Quería volar no persigue la compasión o el morbo del lector, sino que ofrece un retrato útil de la enfermedad, que sirve como prevención y como manual para salir y restablecer una existencia saludable.
Una obra escrita con sinceridad, voluntad de denuncia y una gran dosis de experiencia, porque entre todos se puede lograr el cambio; y a esto dedica una buena parte del libro, que incluye consejos y análisis de las dietas más conocidas.
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