La voluntariedad y el mérito personal echan sus raíces en la conciencia. Esto hace que la vida de los seres humanos sea básicamente más soportable, y hace también que ellos mismos se sientan más contentos los unos con los otros.
Este enraizamiento tiene otra ventaja más. Si hablamos más del querer que del deber, reducimos el peligro de hacer algo que no consideramos lleno de sentido y volvemos a afirmar que tenemos que hacerlo.
Elisabeth Lukas
El sentido de la vida
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