El primer paso para tratar los sentimientos consiste en reconocerlos cuando aparezcan. El agente de este proceso es la conciencia.
El siguiente paso es asumir que el sentimiento y nosotros somos uno. Mientras la conciencia nos asista, puede hacer de carabina al miedo. Lo fundamental es alimentar con nuestra respiración concentrada nuestra conciencia, viva y resistente.
El tercer paso es mitigar los sentimientos. Un ejemplo claro es la protección de la madre a su bebé. Cuando el niño siente la ternura de su madre deja de llorar. La madre es la concentración, nacida de nuestra propia conciencia y protegerá a vuestros sentimientos de sufrimiento.
El cuarto paso consiste en liberar los sentimientos, en dejarlos fluir. Como ya te has calmado, e incluso a pesar del miedo te encuentras bien, sabes que la ira no conseguirá desarrollarse en un medio hostil a ti.
El quinto paso es mirar con mayor profundidad. Si observas podrás saber cuáles son los factores
que le hacen llorar al niño y si observas tus sentimientos, sabrás qué debes y qué no debes hacer para transformarlos y ser libre.
Thich Nhat Hanh: "Hacia la Paz Interior"
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