Vale la pena revisar nuestros objetivos para la criatura que depende de manera absoluta de su mamá.
En consulta se ven preadolescentes y adolescentes muy angustiados porque tienen que ser médicos, abogados, psicólogos, etcétera. El deseo de los padres no es el del hijo. Tenemos que desartarnos de ataduras, clichés y estereotipos. El niño-hombre puede querer ser mecánico de Ferrari (un caso real y frecuente). Romper ese sueño es desintegrar los sueños y deseos del bebé que hay dentro del hijo o hija.
Nuestro deber es ofrecer comprensión, ayudarle a metabolizar sus sentimientos sin exigencias.
Rodrigo Córdoba Sanz
Psicólogo y Psicoterapeuta
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