Un huevo de águila apareció un día en un gallinero; el águila nació y creció entre los polluelos. Aprendió a moverse como ellos, imitó sus comportamientos, su forma de alimentarse, y, en consecuencia, fue aceptada y considerada uno más en el gallinero. Un día, vio un águila volando en el cielo y deseó unirse a ella. Pero sus hermanos polluelos la disuaderon: "No seas tonto, solo las águilas pueden volar tan alto". La pequeña águila aceptó el consejo de sus "hermanos" y nunca más pensó en volar".
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo. Psicoterapeuta. Zaragoza
En el budismo temprano, los cuatro elementos son las bases del entendimiento del sufrimiento y para liberarse a uno mismo de él.
ResponderEliminarLo he copiado.
Aquí si puedo apreciar la tierra el agua, el fuego y el aire. También la figura que les representa. Abrazos