El cristianismo es monoteísta, y el vedanta es panteísta; del zen, sin embargo, no se puede decir nada parecido. El zen no es ni monoteísta, ni panteísta, es indescriptible. Por ello, tampoco hay en el zen objeto alguno al que dirigir el espíritu. El zen es cual nube flotando en el cielo, ningún cable lo sujeta, ninguna cuerda lo amarra. El zen quiere ver vuestro espíritu libre y puro. El pensamiento de unidad y totalidad ya supone un bloqueo y una trampa que estrangula y amenaza la libertad primordial del espíritu.
D.T. Suzuki
Dumoulin, Zen Buddhism History
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