El sabio no tiene intereses propios, pero hace
suyos los intereses de la gente. Es bondadoso
con los que son bondadosos; también es bondadoso con quienes no lo son:
Pues la Virtud es bondadosa; también confía en los que no merecen confianza.
Pues la Virtud es confiada.
En medio del mundo, el Sabio es tímido y modesto.
En beneficio del mundo, mantiene su corazón en su estado impreciso.
Todo el mundo esfuerza sus ojos y oídos: el Sabio sólo sonríe como un niño divertido.
lunes, 14 de septiembre de 2009
Lao Tse: Tao Te King
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