TEORIA DE LA INDIFERENCIA CREATIVA
La polaridad de la conciencia queda reflejada en la anatomía de nuestro
cerebro. Unidos por el cuerpo calloso tenemos dos hemisferios cerebrales,
distinguidos por su naturaleza y por sus propias funciones, y que gobiernan el
lado contrario del cuerpo.
El hemisferio izquierdo se encarga del pensamiento lógico y el
lenguaje, lectura y escritura, es analítico y racional, se encarga del tiempo,
del cálculo y de los números. Es la capacidad analítica del “hemisferio
verbal”.
En el hemisferio derecho tenemos las facultades opuestas, aquí
concebimos un todo partiendo de una pequeña parte, es la concepción de ideas y
estructuras complejas, pensamiento analógico, imaginación, y capacidad
creativa. Según la actividad predomina uno u otro.
Esta especialización de los dos hemisferios nos explica la polaridad;
el izquierdo es masculino, yang, sol, es la actividad. El hemisferio derecho es
yin, receptivo y femenino, es lo lunar, el lado nocturno e inconsciente, y rige
el lado izquierdo del cuerpo.
Para integrar el concepto de polaridades Perls utiliza la teoría de la
indiferencia creativa de Sigmund Friedlaender. Filosofía basada en la afinidad
de los contrarios, plantea que cada acontecimiento consta de un punto cero a
partir del cual surge la diferencia de estos contrarios, los cuales demuestran
en su contexto específico una gran afinidad el uno por el otro. Encontramos ese
punto cero a partir de confrontar la diferencia de los contrarios y descubrir
su simetría invisible. Su punto de unión, el lugar en que ambos se neutralizan,
el punto medio.
• Si permanecemos atentos al centro, podemos adquirir la capacidad
creativa para observar ambas caras de los sucesos y para completar la mitad
incompleta. Si evitamos una visión unilateral, alcanzamos una comprensión mucho
más profunda de la estructura y de la función del organismo. (Perls)
• Aquello cuya identidad, unidad y totalidad no podemos distinguir, se
manifiesta como fenómeno en antagonismo polar. No es posible percibir la
unidad, la identidad de lo claro y de lo oscuro como fenómeno diferencial. La
unidad de la diferenciación polar es simultáneamente su centro, la
indiferencia, en ella se esconde el verdadero misterio, la voluntad creativa,
aquello que polariza, que objetivamente no es nada y sin la cual nada existe en
el mundo. (Frambach)
• El arte de la vida que nace del centro indeferenciado, surge
principalmente del balanceo entre opuestos polares, de un movimiento que tiende
hacia el equilibrio. Se trata de no dejarse atraer de forma unilateral y
sesgada por uno de los polos respectivos, sino en centrarse libremente en su
centro y moverse de la misma manera hacia ambos, como si fueran alas (El ángel
medio burlón de Friedlaender). Equi-disposición imparcial y ecuanimidad. No se
trata de aislar los opuestos como excluyentes entre sí, sino de de centrarnos
con flexibilidad en su centro indiferente, son una unidad de contrarios,
diferenciados polarmente, siendo la indiferencia creativa la que proporciona el
magnetismo de los extremos. (Frambach)
En terapia gestalt las polaridades están profundamente arraigadas en el
funcionamiento del organismo. Estos dualismos son disposiciones de conducta y
pensamiento. Las polaridades están relacionadas con la historia particular de
cada uno de nosotros y con la percepción de nuestra realidad interior. Esta
realidad determina que se desarrollen polaridades cuyas características pueden
ser, ego sintónicas o aceptables para la conciencia, y ego distónicas o
inaceptables para el sí mismo. A partir de polaridades en pugna se generan
conflictos polares que pueden ser tanto intrapersonales como interpersonales.
La terapia gestáltica busca la integración armónica de las polaridades
complementarias de cualquier comportamiento humano (por ejemplo: agresividad y
ternura) más que la eliminación de una en provecho de la otra, intentando
lograr una solución que una ambos polos para formar una figura más importante
que la simple combinación de los opuestos: una creación nueva.
En este contexto las cualidades no son contradicciones irreconciliables,
sino distinciones que serán integradas en el proceso de la formación y
destrucción de la gestalt. Un concepto importante retomado del psicoanálisis
Freudiano y que sirve para entender las polaridades es el de catexis.
• "La catexis se refiere a la actitud repelente / atrayente del
individuo sobre las cosas de su deseo, por un lado, y miedo, por otro. Que esta
catexis sea positiva o negativa depende solamente del concepto mental de la
persona o de su percepción" (Castanedo,).
Desde el punto de vista de la actitud del terapeuta, Freud recomendaba
a los analistas “atención flotante” y “escepticismo benevolente”. El
gestaltista combina una implicación activa y a la vez una permanencia en ese
punto 0, lo cual no es nada fácil. Fritz era un buen ejemplo de ello, como
atestigua Claudio Naranjo:
• “Perls mostraba un grado asombroso de indeferencia creativa como
psicoterapeuta por su capacidad de quedarse en el punto cero sin verse atrapado
en los juegos de sus pacientes. Pienso en el punto cero como el refugio del
terapeuta gestáltico en medio de una participación intensa, no solo como una
fuente de fortaleza, sino como su último apoyo.”
Con la polaridad, a través de la afirmación vamos creando un “yo
idealizado”, y a la vez, negamos aspectos propios del organismo que al
tomar conciencia de ellos, nos conectan con lo que evitamos, “yo negado”.
Mantener esta negación implica un gran esfuerzo organísmico, tensión interna,
ya que hay en nosotros capacidades, características propias que no nos
permitimos usar.
De esta forma, ante necesidades que van apareciendo en el campo, y que
necesitan de recursos de los cuales disponemos, el organismo va a tratar de
"negarlos" y buscar una solución neurótica, que signifique manipular
el entorno para dotarse de recursos del mismo, en vez de usar recursos propios
incorporados a su “yo negado”.
Es de esta manera que el organismo pierde la capacidad de
autorregulación, ya que no solamente somos un proceso mental de conceptos y
teorías aprendidas, sino que somos organismo y de él bloqueamos nuestras
capacidades sensitivas, musculares, y la manifestación de emociones, evitando
el darnos cuenta de aspectos propios que no queremos reconocer en nuestro
organismo.
• Perls dice que los opuestos existen por diferenciación de “algo no
diferenciado” y que el punto 0 es el punto donde comienza la diferenciación. En
la aplicación terapéutica esta diferenciación es importantísima: la llamamos
polarización, es decir, que los opuestos se definan con claridad, que extremen
sus posiciones para poder reconocer estos contendientes, para poder establecer
un diálogo entre ambos, donde se reconozcan, se escuchen, se entiendan y puedan
llegar a algún tipo de acuerdo (Peñarrubia).
La diferenciación en opuestos es “una propiedad esencial de nuestra
mente y de la vida misma. Polaridades básicas son:
• Integración / Desintegración.
• Deseo /aversión.
• Los principios polares del intercambio energético del organismo.
• Apego / Desapego.
• Alegría / Tristeza.
• Contacto / Retirada.
• Top Dog / Under dog. (Opresor / Oprimido). (Dominancia /
Sumisión)
• Presente / Futuro, siendo el presente el centro del tiempo
existencial y creativo.
• Necesidades sociales / necesidades biológicas.
• Lado derecho / Lado izquierdo.
• Parte superior (contacto) / Parte inferior (apoyo).
• Autoestima elevada (delirio de grandeza)….vanidad, orgullo, gloria,
/ Baja autoestima (sentimiento de pequeñez).
• Sádico / Masoquista.
• Masculino / Femenino.
• Ir / Venir (aquí / allí).
Polaridades
Culpa / Responsabilidad.
• Exceso de control / Impotencia.
• Apoyo / Confrontación (Frustración)
Figura y fondo también son polos de una polaridad, como delante y
detrás. La diferenciación polar en figura-fondo encuentra su indiferencia en su
propia base. No hay que confundir la base con el fondo. El fondo es difuso
mientras que la base es indiferente. Es en filosofía Budista la séptima
conciencia, el manas, que tiene dos aspectos, uno inferior, referido al mundo
de los sentidos, el fondo de donde surge la experiencia, y uno superior,
iluminado por la intuición, que corresponde en Gestalt a la formación de la
figura. El manas actúa como transmisor de la experiencia sensorial al octavo
nivel de conciencia.
No se trata de un fenómeno diferenciado ni perceptible. Es aquello que
se diferencia, el punto medio creativo y origen de toda diferenciación.. Perls
se refiere a la base indiferente como “el vacío fértil” o “la nada”, es en
filosofía Budista la octava conciencia, la conciencia universal, alaya-vijñana.
El sí mismo se encuentra, espontáneamente, en el modo de en medio,
integra los polos actividad y pasividad, hacer y padecer, en la medida en que
ofrece una base para el sentir, pensar y hacer, libres y espontáneos, como una
imparcialidad relativa a partir de su indiferencia y de su centro.
• Pero el sí mismo es en realidad el integrador, es la unidad
sintética, como lo llama Kant. Es el creador de la vida. Este sí mismo, que
podemos relacionar en el modo del medio (como el no hacer de la filosofía
oriental), es creativo, y lo podemos considerar como semejante al yo de la
indiferencia creativa de Friedlaender. “No se trata de la Gestalt que forma,
sino de la formación de la Gestalt, es decir, el sí mismo es la relación
dinámica entre el fondo y la figura, que deben entenderse como polaridades.
Estableciéndose el vacío fértil cuando esta polaridad de la figura es la
base, no el fondo, la base indiferente que ni diferencia, ni se posiciona en la
percepción. (Frambach)
Excelente.
ResponderEliminarGracias por el post. :3
Saludos.