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Paz y Ciencia

martes, 29 de noviembre de 2011

La levedad del Ser

Trabajo pop-art del Equipo Realidad.



Robando el título de una magnífica obra de Milan Kundera quiero transmitir que el ser humano sufre y disfruta. Tiene momentos de alegría y de tristeza.
Esto es propio de la naturaleza humana. Como decía un señor de un vídeo que colgué aquí son los extremos, los problemas de adaptación, los juicios morales y la percepción de sufrimiento lo que hace que un profesional valore como enferma a una persona.
En psicoterapia no solo estamos para trabajar el lado "oscuro", en todo caso esclarecer y hacer más consciente la "sombra". Algunos de estos señores y señoras, pacientes y personas críticas con el establishment "psi" dicen cosas quizá poco científicas pero humanamente razonables y comprensibles, que es lo que más me importa e interesa. Hay que entender que una persona llama a un profesional para solicitar ayuda y esto es bien distinto al tratamiento por obligación, si me permiten decirlo así. Creo que los pacientes, como personas que viven un momento crítico necesitan un apoyo.
Un caballero muy crítico decía que la psiquiatría es un fraude porque no existen los trastornos mentales y que los psicólogos juegan a ser médicos poniendo diagnósticos y trabajando de una forma que no es eficaz.
Las personas que viven o están viviendo un proceso psicoterápico bien dirigido con un profesional cualificado, que no siempre es el caso, bien sea psiquiatra o psicólogo, puede tener la percepción de ayuda.
Al mismo tiempo pueden existir ocasiones en la que la persona no se sienta comprendida, validada, reforzada, entendida, sostenida. Que reviva en la transferencia lo que ha pasado en la génesis de su enfermedad, un espejo deformado que no le devuelva con nitidez su identidad y le promueva unas actitudes que no son naturales para él o ella. Por ello soy escéptico con la modificación de conducta, aunque se pueden utilizar algunas técnicas muy útiles de esa rama en determinados momentos.
Lo fundamental es crear un clima de confianza, que la persona no se sienta juzgada, ni etiquetada, ni tildada, ni calificada, ni clasificada, la cuestión es que se le comprenda y se le ayude a esclarecer su situación vital del mundo interno y del mundo externo. Esto requiere un trabajo arduo y muy interesante y existen pruebas evidentes de la eficacia de estos tratamientos, no obstante respeto aquellos que por miedo, escepticismo o ignorancia no aceptan estos tratamientos. Muchas de estas personas no han vivido saludables experiencias terapéuticas. Hay que reinvindicar el fundamento de la medicina, en su vertiente más sana: LO PRIMERO ES NO HACER DAÑO. Esto nos lo tenemos que aplicar todos los profesionales "psi" y trabajar desde un punto de vista que valide a la persona y le ayude a organizar sus ideas, su vida y a resolver sus problemas. La cura por la palabra es eficaz, pero es un tratamiento activo que requiere la participación de las dos personas involucradas (o más en su caso). Esto es fundamental. Otro día un poquito más. Con esto ya tenemos algo que pensar.
Un saludo y un abrazo. Rodrigo.

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