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Paz y Ciencia

sábado, 12 de marzo de 2011

Fatiga y Sensación de Fatiga

La fatiga, que queda designada cuando se refiere en tercera persona "él está fatigado" es distinta de la fatiga subjetiva que muchas veces se menciona en primera persona: "estoy fatigado". La primera correspondería a un cambio en cuanto a la actividad, la segunda, además de verse influída por el componente físico tiene una dimensión subjetiva. La segunda sería lo que se llamaba hastío, tiene que ver con una "sensación de cansancio". Antes se veía como pródromos de enfermedad psiquiátrica. Incluso se asimila todavía a la histeria, que definió Janet y luego propuso Freud, tras sus estudios con Charcot, en la Salpetriere. La sensación de fatiga es una dichosa forma de sufrimiento, ahora se ha creado el concepto "síndrome de fatiga crónica". Curiosamente estos síndromes, como la fibromialgia se combaten con antidepresivos a un nivel bioquímico. Son síndromes diferentes, la fibromialgia, como su propio nombre indica produce dolor en los músculos y articulaciones. Un medicamento usado es la Lyrica, que también sirve a un nivel bajo como ansiolítico.
El hastio es una forma de sufrimiento que fue nombrado como astenia, acedia, vecordia, tedio y otros conceptos técnicos y vulgares.
Por tanto no está todavía bien definida. Sólo podemos decir a un nivel consensual que es una experiencia vital subjetiva que se recoge en los manuales diagnósticos y que no existen pruebas objetivas para valorarla. Existen cuestionarios y otras pruebas psicológicas, por ejemplo, nos podemos encontrar con síntomas de conversión en la presencia de una correlación de puntuaciones en el MMPI.

La fatiga fue bien estudiada durante el siglo XIX, como atestigua el libro clásico de Mosso (1903), un discípulo de Kronecker que puso empeño en desarrollar una visión unitaria de fatiga que incluyera ambos aspectos: físico e intelectual (mental). Mientras tanto, reflexionaba así sobre la sensación de fatiga: "Humboldt, cuando demostraba cómo el medio ambiente puede enriquecer la lengua, nos cuenta que los árabes tienen más de 20 palabras para designar el desierto. Pero nosotros sólo tenemos un único término para definir fatiga". La razón es fácil de comprender, ya que fatiga es una sensación interna demasiado monótona para distinguir sus variedades.
MacDougall surigió que "debe establecerse una distinción clara entre cansancio objetivo y subjetivo, entre fatiga (Ermüdung) y hastío (Müdigkeit). Él definió hastío como "un hecho superficial de atención que puede aparecer, desaparecer y reaparecer muchas veces al día, puede ser provocado en una persona descansada por el trabajo aburrido, la monotonía y la familiaridad anquilosada, puede calmarse mientras la fatiga aumenta; el hastío es una actitud personal fluctuante que es raramente susceptible de poderse registrar de alguna manera".
El concepto de neurastenia fue la etapa final en la evolución de "astenia", una vieja y noble noción que, a finales del siglo XIX se definía como: "un estado del cuerpo que caracteriza un debilitamiento, ocasionalmente perturbador de todas las funciones". Pero no todas las enfermedades asténicas iban acompañadas de fatiga. A finales del siglo XIX la astenia había perdido su papel teórico y se convirtió en un nombre para definir "falta de fuerza o deterioro de la misma". Tuke ni siquiera incluyó el término en su diccionario de 1892.
Importante fue el aporte de Deschamps (1919), ya que fue uno de los primeros en observar que la fatiga y la sensación de fatiga no se correlacionaban a menudo; así, en enfermedades tales como la tabes o la corea, la sensación de fatiga "no se experimentó ni siquiera después de trabajo duro" mientras que la neurastenia, la sensación de fatiga "era intensa sin haber realizado ningún trabajo". Para Deschamps, la fatiga "resulta de cambios químicos y anatómicos", mientras que la sensación de fatiga resulta de la "síntesis de percepciones táctiles, tanto periféricas como internas (cenestesia)".
Para evaluar la sensación de fatiga hay que evitar una contaminación indebida de los síntomas orgánicos o la información propioceptiva, tal escala deberá basarse en atributos psicológicos de la experiencia.
Para identificar la configuración semántica de la sensación de fatiga se tendrán que separar como mínimo cuatro adscripciones:
1. La sensación de fatiga después del trabajo donde la experiencia está totalmente explicada por el antecedente y habitualmente asociada con la cognición de no querer continuar actuando. Esto constituye el significado típico y básico.
2. La sensación prematura de fatiga que se obtiene cuando la experiencia es demasiado rápida o cuando la recuperación tarda demasiado.
3. La sensación de fatiga que no tiene una explicación clara causa alarma porque no hay un antecedente relevante; en este caso, puede también ir acompañada por el hecho de no tener ganas de empezar ninguna tarea. Esta adscripción es común en relación con la enfermedad física y psiquiátrica.
4. La falta de ganas de embarcarse en ninguna actividad y que ocurre en ausencia de sensación de fatiga (anhedonia, abulia, inercia, falta de empuje, falta de motivación, leve irritabilidad, falta de concentración, aburrimiento y el estado de "no poder ser molestado").
Aunque ha habido una tendencia a agrupar todos estos estados de forma conjunta, en realidad generan diferentes cuestiones y por lo tanto es recomendable separarlos. También podrían generar diferentes predicciones en cuanto a correlaciones con medidas objetivas de fatiga y con los síntomas pertenecientes a una enfermedad subyacente.

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