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Paz y Ciencia
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martes, 8 de enero de 2013

Evita la medicalización de la relación: "está centrado en la persona, no en el problema"

Al terapeuta "le interesa la persona". No enuncia un diagnóstico. El cliente irá encontrando progresivamente, con la ayuda del terapeuta, el origen de su malestar, su forna y a qué está asociado. Es bueno que el terapeuta tenga un saber, a modo de referencia, de señal, de tabla de consulta rápida. Pero este no interviene en la relación. El terapeuta no inmoviliza con denominaciones científicas lo que no es otra cosa que percepciones, deseos, sensaciones, sentimientos en marcha: esto despojaría al cliente de su experiencia inmediata. Escuchar a un cliente sin categorías preconcebidas, sino tal como se ve y se percibe el cliente, es captarlo en su devenir. Es catalizar lo imprevisible. Escuchar solo a la luz de la patología llevaría al terapeuta a hacer encajar lo desconocido en categorías conocidas. También desaparece, para nosotros, la idea de "normalidad". Antes bien, una terapia centrada en la persona no es una ortopedia, es un proceso de individuación.

Rodrigo Córdoba Sanz
Carl Rogers

No directividad

Mostraré el tipo de intervención de la que se abstiene el terapeuta centrado en la persona, sin dejar de subrayar al mismo tiempo el papel eminentemente activo, la dinamización que ejerce sobre el proceso terapéutico respecto de su rumbo natural.
Si Freud dijo, hablando de la curación analítica: "Es una ciencia, es una cirugía", podría decirse de la terapia rogeriana: "No es una cirugIa, es una mayéutica". Esto supone, en vez y en lugar de metodologías pesadas, la inteligencia, la sensibilidad, la intuición y también una mezcla de arte y habilidad (skillness).
"El que ejerce la psicoterapia en el sentido amplio del término debe darse cuenta de que no maneja una tecnología, sino que practica un arte". La mayoría de las personas son capaces de dominar la teoría de la psicoterapia y sus técnicas. Pero es demasiado frecuente que no sean más que esclavos de una tecnología. La ciencia terapéutica puede ser brillante y refinada, y puede aportar el sentimiento necesario de competencia y de seguridad. Pero esto no puede igualar ni sustituir al descubrimiento de la verdad con tus clientes, en un ambiente de libertad y de apertura próxima a la creación artística.
"Ni el científico ni el artista encuentran la verdad: es la verdad quien los encuentra a ellos".

sábado, 29 de diciembre de 2012

Un mismo principio vital

Rogers escribió en 1961 sobre la relación terapéutica: "Se tratará de mí cuando me alegre de gozar del privilegio de contribuir a que nazca una personalidad nueva, asistiendo con un sentimiento de terror misterioso al surgimiento de un ser, de una persona, un proceso de nacimiento en el que yo he desempeñado un papel importante y facilitador. Se tratará del cliente y de mí a la vez, contemplando juntos el surgimiento milagroso de las fuerzas poderosas y organizadas que aparecen en toda esta experiencia, y que parecen profundamente arraigadas en el universo entero".
Este es un lenguaje que sobrepasa la mera dimensión psicológica para alcanzar una dimensión universal, por eso he empleado el término filosófico de principio.